domingo, 22 de febrero de 2015

PRIMERAS PAGINAS DE UN CRIMEN



1
–No te muevas hijo de puta.
Fueron las primeras palabras que resonaron dentro de la habitación de Alejandro, que placidamente descansaba junto a su esposa aquella mañana de Marzo.
–Ahi qudate, si te moves disparo– decía el allanador que frente a el sostenía un pistola. Cubierto con un gorro pasamontañas que dejaba ver nada mas el orificio de los ojos.
–Por favor no nos hagas daño. Dinos que es lo que necesitas y te lo daremos– Alejando ofrecía sus suplicas hacia aquel desventurado hombre que acechaba de buena mañana en su humilde hogar.
–No quiero nada, vengo por vos y nada mas. Parate y Salis. Ponete las manos donde las vea,no quiero gritos ni nada, callada vieja puta, porque si pasa también te vas vos y tus hijos con pinta– El agresor daba las ordenes a salir de la habitación, no hacer ruido y entrar en el vehículo 4x4 que esperaba frente a la casa.
–Si llamas a la policía te mato– Sentencio a Martina el secuestrado, al mismo momento que Alejandro era ingresado brutalmente a la camioneta.
Dos disparos al aire y un rechinido de llanta fue lo ultimo que escucho Martina.

2

Gloria se levanto a las 06:10 am,  veinte minutos mas tarde de lo habitual. Componiendose el pelo con una cola, y después de lavarse los dientes se dirigió a la cocina para prepararle un sandwich para la refacción de Nicolás.
–Hijo, levantate papito, tenes que ir a la escuela.
 –Hay mami, cinco minutos mas por favor.
–No. Ni cinco ni medio, levantate y te bañas rápido, van a ser las siete. ¿no te da vergüenza de llegar tarde siempre?  –Impuso sus leyes frente al muchacho que siempre renegaba al levantarse temprano, y también peleaba para que lo dejaran dormir tarde.
 –Nicolas arriba por favor. No te voy a hablar mas. Rapido– Grito la mujer desde adentro de la cocina al momento que su teléfono celular empezo a vibrar dentro de la bolsa de su pantalón.
 –Hola Martina, que bueno que me llamas.  ¿Como estas?
 –¡Gloria! ¡Gloria!– Descosconsolada la mujer grito, al momento que Gloria daba tremendo brinco al escuchar los gritos. Inmediatamente interrumpió las palabras y muy asustada la interrogo.
 –¿Que paso? ¿Martina que pasa? Sea lo que sea tranquilizate, trata de calmar el llanto y explicame que tienes. Me preocupas. Al menos dime que estas bien, no me asustes mujer.
 –Gloria, Gloria.
–Si, decime que paso– interrumpió Gloria nuevamente mientras agudizaba el oído para poder decifrar el ruido que se escuchaba de fondo. No sabia si era el llanto de unos niños o algún automovil acelerado.
–Alejandro. Se llevaron al Alejandro– prolongo el llanto mientras el teléfono le anuncio tener la batería agotada.
–Alo. Alooo. ¿Martina? Martina que pasa, hablame– observo la pantalla del móvil y se había finalizado la conexión.

3

La camioneta se dirigía por el bulevar los Proceres, a mas de 120kph. Dentro iba Alejandro y cuatro tripulantes mas. Iba sudado, con la cabeza dentro de una bolsa plastica y las manos atadas hacia atras con una delgada pita de nylon. No sabia para donde lo llevaban, tampo porque lo habia ido a sacar de su casa en esas condiciones. Imploraba por su vida, y las lágrimas le surcaban el rostro.
–Socala Disky que nos puede estar venadeando la tira, seguro que la vieja culera les llamo y tengan la descripcion de la ranfla– Sugirio el maleante que siempre daba las ordenes, hablaba por telefono y el mismo que tambien le dijo a Alejandro que pronto seria un cadáver. Seguramente era el jefe de la operación.
–Simón mi Disky, metale el caite, de todas formas no perdemos nada, las placas no son de esta nave, y la nave tampoco es de nosotros. Así que usted soquela que no es su hermana.
 –Como usted ordene capitán, aquí cumplo ordenes –Fueron esas las primeras palabras que exclamaba el chofer al momento en que dejaba caerle mas peso del pie derecho sobre el acelerador de la camioneta.
–¿A sonde me llevan?– Se atrevío a preguntar alejando. Aun no terminaba de hacer la interrogante cuando la cacha de la pistola se estrello en su cabeza.
 –Te dije que te quería callado man. Además, aquí las preguntas lo haré yo, sera fácil y nos llevaremos bien. Pregunta hecha, pregunta respondida. ¿Te quedo claro?– La prepotencia reinaba en ese momento, y Alejandro no era mas que una marioneta que obedece las ordenes de un criminal desconocido. como pudo movió la cabeza en señal de información mientras sentía que por sus mejillas se derramaba algo tibio.
–Flaco. Pasame un cigarro– Ordeno el supuesto jefe. O era lo que Alejandro creía de el.
 –Sobres, ahí te llega. Llega también el fire –EL hombre encendió el cigarro y dejo soltar una bocanada de humo que sonó mas a alivio de penas que a relajamiento.

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