sábado, 11 de julio de 2015

RECUERDOS

Un eco de espuma
Un transcurrir de deseos
Niebla desmedida en mis ojos
Y tu construyendo la lejanía.

Entré los vientos dejamos morir éste amor
El caudal de pasión despierta
Llenando de recuerdos la memoria
Y los recuerdos... No me bastan.

Y fantasma me recorre los días.

Las canciones ya no bastan un suspiro
Porque el miedo se niega a escuchar
Por el cansancio de extrañar
... Y así me voy muriendo en las miserias.

miércoles, 8 de julio de 2015

LOS SUEÑOS DE MELSY

Pedro escuchaba tranquilamente sentado en su sillón de piel de camello, un vaso de agua pura y la mente en la muchacha.

–¿y que más pasó Melsy?

–Venía hacía mí, la sombra, era horrible, no se como describir ese espectro, solo vi que se dirigía a mi garganta, tenía una risa grotesca y burlona con la que inundaba la habitación.
–¿de donde provenía la sombra?

–No lo sé. De pronto sentí que la habitación era invadida por una especie de fuerza o energía que nunca antes había sentido, la sensación era similar a la que sentí una vez que presencié un asesinato. Estaba llena de tensión y miedo. Di fuertes gritos pidiendo auxilio pero nadie me podía escuchar. Mi respiración se agitaba a cada vez más y más, trate de escapar pero fue inútil, mantuve la fe pero cuando la sombra se había convertido en algo físico y estaba justamente frente a mi supe que era imposible escapar con vida, no se podía retroceder el tiempo, el pensamiento ni ese sueño.
Su nariz era chata y expulsaba un vapor amarillento que apestaba a carne putrefacta.

–La noche anterior al sueño ¿leyó algún libro, pensó en algún ser paranormal, invocó algún demonio o algo similar?

–No doctor. Nada de eso.

–trate de recordar por favor, mientras continúe contándome.

–No lo sé. Recuerdo muy poco.
Me dijo que quería un pacto conmigo, abrió las alas y eran como las de un gavilán o un águila, eran fuertes y grandes, y debajo de ellas nacían dos brazos que terminaban en unas afiladas garras como las de un león.

–¿Usted conoce las garras de los leones?

–No, no. Pero sé que son fuertes y carnívoros, fieras devoradoras, sus pies no se si eran pies, parecían cascos de caballos.

–¿Eran hendidos como las vacas?

–No. Eran redondos, como una pera tal vez.
Cuando tomo mi mano intente defenderme, pero mus fuerzas habían desaparecido, solo quedaba el temor y la conciencia.
Su piel  era pegajosa y despedía un olor a ajenjo.
Sus afilados dientes aterrizaron en mi cuello, inyectando como agujas su dolor en mis venas, hasta consumir toda mi sangre. Poco a poco fui perdiendo la conciencia hasta despertar en un extraño lugar, era totalmente vacío, y estuve ahí quizás veinte minutos, hasta que un fuerte estruendo me desconcertó...

–Sigue por favor.

–... mmm no se si lo logre.

–por favor, continúa.

–Era una serpiente con alas la que interrumpió el silencio, tenía dos cabezas y la cabalgaba el ser extraño que me había llevado allí unos minutos atrás.
Pero no eran solo ellos. Hacía un costado y a gran velocidad se veía una batalla entre seres similares. Una guerra de dioses pensé.

–¿Te acordaste de Dios en ese momento?

–No. Eso me fue prohibido en el momento en que apareció la serpiente, nadie me lo dijo, sino que simplemente yo lo sabia, era un dominio que había sobre mi mente y desconocía su origen.
Nuevamente hubo un estruendo y la serpiente volteo hacía mi, me observó por unos breves segundos, luego emitió un rugido y se abalanzó hacía mi para aniquilarme.

Melsy continuó contando el suceso del sueño a Pedro, el psicólogo familiarcuando de pronto volteo la mirada hacia el y noto que hablaba con el monstruo de la noche anterior.

YO TENIA

Yo tenía los sueños trotando difuntos Inventando miradas, silvando elefantes Yo tenía una musa sin nombre, ni sueños fundados Tenía la mente...