Esta ciudad huele a ti profundamente.
Se llena de acontecimientos silenciosos que a mis espaldas gritan incansablemente tu nombre y esconden el rostro bajo los muros.
Esta ciudad canta tus canciones y musita tus poemas, machaca las heridas del alma y me revuelca en las miserias del pasado.
Esta ciudad no tiene sociedad y me interno solo en este laberinto desayunando a diario tus recuerdos y bebiendo mis lágrimas.
Un ventarrón recorre la cuidad. Un demonio furioso, con el corazón enjaulado se mezcla en las calles y me acecha, y no es un sueño. Y grito, y corro entre memorias que eran mías y que ya no recuerdo y me ahogo en los suspiros que tu me provocas...
Esta ciudad es desierta y olvidada por los dioses, veo tu recuerdo y siento vagar en tu memoria. By David Vargas 11/5/22
Un saludo a Henry y Noe.
No vuelvas siendo la misma,
no me ofrezcas de nuevo
esa cena.
Ya no tengo hambre.
Dime,
¿por qué debería tropezar
otra vez contigo
si sigues siendo la piedra
que me hizo tanto daño?
Te fuiste lejos de esta casa.
¿Qué aprendiste sobre el exilio?
Me quedé como un perro
atado a la puerta del bar,
esperando que salieras,
a que me lanzaras un trozo de pan.
Y nada.
El frío de mi soledad
me abraza mucho más
que el calor que tú me dabas.
¿Para qué vuelves
siendo la misma?
Ya me sé el guion
porque yo escribí la película.
Sigues oliendo al mismo peligro
que cuando te fuiste:
tus manos siguen siendo
los mismos cuchillos,
tus te quiero
son las mismas balas.
Ya no acepto el daño,
ya no aguanto el dolor.
Me he cansado
de tus tonterías.
No me hace gracia
tu gracia.
No tomaré contigo
otra ronda.
¿Para qué vuelves siendo la misma?
No tienes ningún derecho
a invadir mi casa.
¿No ves que ya estoy mejor
sin ti?
Has mudado de piel,
pero sigues siendo la misma.
Yo tenía los sueños trotando difuntos Inventando miradas, silvando elefantes Yo tenía una musa sin nombre, ni sueños fundados Tenía la mente...
