viernes, 15 de agosto de 2014

POEMA DE LA MUERTE

Me elevo, en cada suspiro, en cada mirada
Levito dulcemente sobre el viento
Que cabalga furiosamente por la selva
Llevando perfumes de mármol.

Me muevo entre las flores
Y reino entre los vivos
Adoro los cuentos de hijos
Que mueren siendo vencedores.

Admiro cuanto me temen
Y odio a los que me desafían
Labro cruces para los que vienen
Y un cielo para los que en Dios confían.

Traigo un silencioso beso
Uno que adormece por siempre
Llevando la vida al deceso
Que termina en la tierra y empieza en un vientre.

Cargo con fieles y cobardes
Con sanos y tristes enfermos
Llevo ricos o sirvientes
También creyent es y blasfemos.

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